En esta vida pasamos por diferentes “salas de espera”. Puede ser que estemos esperando el bus para ir al trabajo o la escuela, esperamos que el carro se caliente, esperamos en la oficina del doctor, esperamos en la tienda para hacer una devolución (exactamente lo que estoy haciendo ahora mientras escribo este devocional). Si tenemos que esperar largos tiempos por ciertas cosas, lo mejor es hacer algo productivo. En pocas palabras, todos pasamos por ocasiones donde no nos queda otra opción que esperar. Solo pocas personas son buenas esperando. Sobre todo en la sociedad donde vivimos donde todo lo queremos rápido por no decir instantáneamente. No importa de dónde venimos o cual se nuestra cultura, a nadie le gusta esperar. El esperar, prueba nuestra paciencia, nos hace ver las cosas a otro nivel. Muchas veces el esperar puede hacer de nuestro temperamento, nuestro día o nuestras vidas algo extremadamente frustrante. Pero la verdad es que la gran diferencia la marca nuestra perspectiva de nuestra espera. Si teníamos la perspectiva que tendríamos que esperar por algo 2 horas y luego nos damos cuenta que son solo 15 minutos, estaríamos saltando de alegría. En este día los desafío al igual que a mí a que veamos las cosas con otra perspectiva. Tengamos una perspectiva de paciencia y entendimiento, reconociendo que cualquiera que sea la espera es solo algo momentáneo. Si nos frustramos y dejamos que esta frustración arruine nuestro día, nos perdemos de lo que Dios tiene para nosotros en ese momento. Comprendamos que la paciencia nos ayudará a ser mejores personas. Dios quiere que lo mejor que hay en nosotros sea revelado. Mantengamos la calma. Seamos flexibles. Seamos comprensibles. Seamos pacientes y Dios nos mostrará de qué fuimos hechos.
Romanos 5:2-4 “por quien tenemos también, por la fe, acceso a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos regocijamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en los sufrimientos, porque sabemos que los sufrimientos producen resistencia, la resistencia produce un carácter aprobado, y el carácter aprobado produce esperanza.”
Dios te bendiga, Pastor Robert Paucar