Dios te Bendiga,

La obediencia no siempre tiene sentido; no siempre parecerá ser lo “correcto”. Sabemos que la obediencia no es muy popular y la mayoría de las veces, no nos sentimos felices en el proceso de ser obedientes. ¿Por qué les hablo de esto hoy? Si no somos obedientes jamás experimentaremos lo sobrenatural. Permítanme explicarles: la desobediencia o el hacer lo que nosotros queremos (lo carnal), solo producirá resultados humanos (cuando hacemos lo humanamente posible solo veremos resultados “naturales”). Los humanos podemos lograr cosas naturales; con esfuerzo y persistencia podemos lograr muchas cosas pero las cosas imposibles, son para Dios. El versículo de hoy nos habla precisamente de lo imposible. En esta parte de la Biblia Josué acababa de venir derrotado de una batalla y tenía problemas con el pueblo. Sin importar sus circunstancias, Dios le dio una orden y el obedeció. La obediencia de Josué determino la diferencia entre la victoria y la derrota. ¿De qué obediencia hablamos? Visualizo al enemigo, levanto su arma hacia él y a pesar que tenía mil cosas en su mente y muchas emociones encontradas, Josué espero en el Señor. Ese día el alcanzo la victoria y pudo disfrutar el botín de su enemigo no porque el supiera pelear sino porque confió en su Dios y actuó de acuerdo a lo que Dios le había dicho. 

Levantando mi jabalina,

Pastor Joell Perez

Josué 8:18 “Entonces el Señor dijo a Josué: Extiende la jabalina que está en tu mano hacia Hai, porque la entregaré en tu mano. Y extendió Josué hacia la ciudad la jabalina que estaba en su mano.”