Dios te Bendiga,
¿Recuerdas el día que hiciste la oración de salvación y entregaste tu vida a Dios? ¿Recuerdas cómo fue que llegaste a la iglesia, sea que un amigo te haya invitado, o tal vez un vecino, un compañero de trabajo, un familiar o tal vez simplemente fue alguien en la calle que tomo unos minutos de su tiempo para hablar contigo palabras de vida (El Evangelio)? Sea que hayas hecho tu oración de salvación adentro o afuera de una iglesia, ¡Dios te escucho! Dios sabía exactamente donde ibas a estar y todas las situaciones que estabas enfrentando. Dios uso unos de sus vasos para dirigirte hacia él. Esos vasos o mensajeros que Dios usa son personas que están preparados para llevar el mensaje de Dios sin ninguna vergüenza. Estas personas están llenas de fe y comparten las Buenas Nuevas con audacia a todo aquel que esté dispuesto a escuchar y recibir. Estos mensajeros de Dios han visto el trabajo maravilloso que Dios ha hecho en las vidas de aquellos que están dispuestos a recibirlo en su corazón; tal vez tú mismo has sido afectado por alguno de estos vasos que Dios usa y ellos, ¡no tienen miedo! ¿Acaso no eres tú un vaso de Dios para compartir las Buenas Nuevas con aquellos que aún no conocen a Dios? ¿Acaso no has visto los milagros que él ha hecho en tu vida? ¿Sabías que tú puedas sacar a alguien de la obscuridad y traerlos a la luz? No tengas vergüenza de compartir tu testimonio o dar una palabra de ánimo a alguien que tal vez se encuentre en la posición donde tú estuviste un día. ¡Éste es el llamado de Dios en tu vida!
Pastora Deborah Rosero
Romanos 1:16 “No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree: en primer lugar, para los judíos, y también para los que no lo son.”