¡Que Dios Te Bendiga!
¿Alguna vez te has sentido desanimado porque alguien no cree lo mismo que tú crees? El versículo de hoy nos aclara algo muy importante, las personas que no creen en Dios están ciegas. No es que ellos no quieran ver lo que tú sí vez, sino más bien que no pueden. Entonces, ¿qué hacemos? Tenemos que regresar al buen Libro. Cuando comenzamos a leerlo y a escudriñarlo, nos damos cuenta que se nos ha sido dada la habilidad de sanar a los enfermos, darle vista a los ciegos, devolver el oír a los sordos y muchas cosas más. ¡Todo esto lo podemos hacer en el nombre del Hijo! Entonces, ¿cuál es la mejor manera de acercarnos a estas personas? Mostrándoles cómo fue que nosotros mismos recibimos el regalo de poder ver y creer. El problema está en que muchos queremos que ellos sanen pero la manera en que tratamos de hacer esto está mal. Tenemos que comenzar con nuestro testimonio. Nuestro testimonio los animará al ver que si tú pudiste, ellos también podrán. La mejor clase de conversación que podemos tener es aquella que es transparente. No se trata de siempre actuar como un santo, sino más bien de demostrarles quien eras antes y quien eres hoy. Muéstrales que aun estas en proceso pero que ya no eres el mismo de ayer. Menos palabras y más acción.
Pastor Joell A. Perez
2 de Corintios 4:4 “pues como ellos no creen, el dios de este siglo les ha cegado el entendimiento para que no resplandezca en ellos la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”