¡Dios te Bendiga!
El vivir una vida de ministerio es una de las cosas más difíciles que podemos hacer en esta vida. Cualquiera que piense que es algo fácil, no está siendo realista. Incluye mucho trabajo y no tiene un horario o tiempo específico. Entonces, ¿por qué ser parte de un ministerio? Tal vez la respuesta me parezca simple desde mi punto de vista: reconozco el arduo trabajo de Dios para lograr que yo llegue al cielo, así que lo que yo haga es mínimo comparado a lo que él ha hecho y sigue haciendo por mí. ¿Por qué reclamarle a Dios por todo lo que tengo que sacrificar en el ministerio cuando el sacrifico su único hijo? ¡Mi sacrificio es minúsculo comparado al de el! Cuando recuerdo esto, me ayuda a reprogramar mi cerebro y me recuerda que no estoy solo. Él está conmigo hoy y siempre y ha jurado bendecirme. El no dejara a ninguno de nosotros solo y jamás nos fallara. ¡Lo único que tenemos que hacer es aferrarnos a el fuertemente!
Pastor Joell A. Perez
2 de Corintios 4:1 “Por lo tanto, puesto que por la misericordia de Dios hemos recibido este ministerio, no nos desanimamos”