Tú me formaste
¡Que Dios Te Bendiga!
Muchas veces debido a las responsabilidades y quehaceres de cada día, perdemos la sensibilidad y los detalles de muchas cosas importantes, por ejemplo: ¿cómo llegue a donde estoy hoy en día y cuál es la dirección que tiene mi vida? Nos involucramos en tantas cosas insignificantes y estas terminan absorbiendo todo nuestro tiempo; nos enfocamos más en la cantidad de tiempo y no en la calidad de tiempo. ¿Suena conocido? ¿Cómo podemos corregir este error? Creo que el primer paso a tomar es el reconocer de donde viene el problema. ¿Cuál es la raíz? El versículo de hoy nos habla de cómo Dios nos formó en el vientre de nuestra madre; Dios nos formó con sus propias manos a cada uno de nosotros. ¿No te parece esto algo maravilloso? El pensar que Dios tomo de su tiempo para formar cada uno de nuestros detalles y características, ¿por qué pensar que él se ha olvidado de nosotros? Todo en esta vida se torna difícil y obscuro si nos alejamos de nuestro creador entonces, ¿por qué hacerlo? ¿Si Dios estuvo con nosotros desde el momento en que nos formó y el diseñó un plan perfecto para nuestras vidas (mientras estemos caminando bajo su voluntad) entonces, por qué dudar que el aún está presente? Entiendo que todos hemos esperado mucho tiempo por ciertas cosas que aún no llegan pero esto no significa que estamos en el camino erróneo. Él es nuestra guía y aunque el camino no sea 100% claro esto no afectara nuestra meta final. Es hora de confiar en el totalmente, él ha estado con nosotros desde mucho antes que pudiéramos comprender el significado de la palabra “confianza”. Llegó el tiempo de confiar totalmente aunque aún no podamos verlo todo.
Pastor Joell A. Perez
Salmos 139:13 “Tú fuiste quien formó todo mi cuerpo; tú me formaste en el vientre de mi madre.”