Que Dios Te Bendiga!
Permítanme empezar este devocional avisándoles que va a ser muy agradable. El versículo de hoy es bien directo y puede ser que a muchos no les guste; no importa que tan buena persona seas, este versículo nos afecta a todos. Todos nosotros en algún momento de nuestra vida hemos hablado mal de otra persona o hemos creado chismes. Es algo desagradable pero parte de nuestra humanidad. Si me permiten ser honesto, la realidad es que esto es algo con lo que lucho mucho como pastor. ¿Por qué? Les contaré: cuando tienes un trabajo como el ser pastor, la mayoría de personas esperan que seas perfecto. Todos sabemos que no hay ningún humano perfecto pero esto usualmente lo decimos cuando estamos hablando de nosotros mismos solamente y en ocasiones pensamos que nuestros líderes espirituales están exentos a esta falta de perfección. A esto les puedo decir lo siguiente: Dejen de esperar la perfección, todos estamos en un proceso y el hecho que seamos pastores o líderes, no significa que tenemos poderes como los superhéroes. Dios ha escogido darnos el llamado al liderazgo para mantenernos responsables a nuestro llamado. Ahora, por favor no me mal interpreten, esto no significa que tenemos un pase para hacer lo que queremos, con certeza les puede decir que como líder o pastor, Dios y los demás si tienen grandes expectativas de nosotros pero todos fallamos en un momento u otro. Entonces, ¿qué debemos hacer cuando alguien nos falla? PERDONARLOS, Ahora, el perdón es algo un poco desafiante para muchos de nosotros ya que muchos hemos creado una mentalidad donde decimos haber perdonado mientras nos mantengamos lejos de aquellas personas que nos fallaron, pero cuando están cerca ¿será que en realidad los hemos perdonado? ¿Será que los hemos perdonado de corazón cuando no estamos dispuestos a hablar con estas personas? ¿Será que sí los hemos perdonado cuando los hemos borrado de nuestros contactos? Mi intención no es que nadie se siente incomodo, tampoco estoy insinuando que tienen que hacer llamadas incomodas para hablar con ciertas personas solo para sentir que estas actuando rectamente. Lo único que trato de hacer en este día es animarlos a eliminar esa ira o rabia que muchas veces sentimos aun por lo que ha sucedido en el pasado. Dejemos de juzgar a los demás comenzando con nosotros mismos. Juzgamos porque estamos enojados, porque nos sentimos dolidos, el sentirnos dolidos es usualmente por falta de buena comunicación y si no nos comunicamos correctamente, usualmente es porque tenemos temor. Para resumir, usualmente sentimos temor porque no nos sentimos capaces de alcanzar lo que los demás han alcanzado entonces preferimos juzgar sus logros. No debemos juzgar a los demás por lo que no tenemos en nuestra vida, reconozcamos lo que tienen los demás y sigamos adelante sin dejar que esto nos afecte. Lo interesante de todo esto es que muchas veces tenemos rabia de lo tienen los demás cuando en realidad nosotros tenemos más. Por ejemplo: hablamos mal de la casa de alguien cuando la nuestra es más grande, ¿tiene esto algún sentido? ¿Será que el hablar de los demás va a mejorar nuestra situación actual? ¡Llegó el tiempo de que seamos agradecidos por todas las bendiciones que Dios nos ha permitido tener y trabajemos más fuerte aun para mejorar! En este día me despido recordándoles que tenemos que pensar muy bien antes de hablar y si en realidad no tenemos nada bueno que decir, mejor quedemonos callados.
Con todo mi amor,
Pastor Joell A. Perez
Santiago 4:11 "Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres cumplidor de la ley, sino juez de ella."
