Hace un tiempo atrás, recuerdo escuchar las siguientes palabras de la boca de un rapero: “debes escoger orar o preocuparte – no puedes hacer las dos cosas”. Estas palabras sostienen una verdad grandísima. Cuando nos enfrentamos a una situación que no entendemos, lo mejor es acudir a la oración. Entre más difícil sea la situación, más debemos orar. La oración es el puente que nos conecta de la “dificultad” a la “respuesta” (Dios). Nuestra oración es una señal de confianza hacia nuestro Dios todopoderoso. ¿Sabías que para orar tenemos que tener fe? ¿Te has dado cuenta que cuando oras le estas demostrando a Dios que confías en él? Puede ser que el orar suene como algo muy fácil pero la realidad es que toma cierto esfuerzo de nuestra parte, especialmente cuando estamos enfrentados a grandes problemas. Hoy te aseguro que en el instante en el que comenzamos a orar ya comienza a obrar el remedio a nuestro problema. Esto sucede porque no se trata de nuestras fuerzas sino más bien de lo que Dios puede hacer con su poder. Descansa en él, confía en él. Vive seguro de que Dios solo quiere lo mejor para ti. ¿Qué alternativa tenemos? No te preocupes y luego digas que estas confiando en él…Selah

Proverbios 3:5 “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento.”

Pastor Roberto Paucar